lunes, 5 de mayo de 2008

Reportaje a Woody Allen: "La risa da tranquilidad"

"La risa es una buena manera de eludir las emociones y quedarte tranquilo"

29/10/2004 CRISTINA SAVALL

El aspecto distraído protege a Woody Allen de la turba constante de admiradores. Camina hacia el lugar de la entrevista con la mirada fija en la alfombra azul del hotel María Cristina de San Sebastián, donde en septiembre acudió a recibir el Premio Donostia. No levanta la vista hasta que topa con la puerta giratoria y casi se cae con esa fragilidad que recuerda el aleteo de una mariposa contra un cristal. Pero a la que se sienta y empieza a hablar, se agiganta. Habla de Melinda y Melinda , la aplaudida película protagonizada por Radha Mitchell que este hoy se estrena en España. Una historia con un guión digno de clases magistrales.

--Como Delitos y faltas, Melinda y Melinda establece complicidad entre la comedia y el drama. ¿Cómo conjugó estos dos registros? ¿Todo lo deja cerrado en el guión? ¿Cuál es su método de trabajo?

--La fase de escritura suele ser bastante rápida. Lo que me cuesta más es la gestación de la idea, cuando me siento en el sofá y empiezo a pensar en qué tipo de película quiero hacer. Le doy muchas vueltas a todo, pero una vez he decidido lo que quiero, me encierro a escribir y no tardo más de cuatro o cinco semanas en tener listo el guión. Generalmente tengo una gran idea, que en mayor o menor media, acabo arruinando.

--¿Existe el drama sin la comedia?

--La tragedia confronta y la comedia evita. Ante una situación tensa, si estamos en un drama entramos en el meollo de la cuestión para enfrentarnos emocionalmente al problema planteado. Pero en una comedia, ¿qué haces? Pues te ríes. Y la risa es una buena manera de eludir las emociones y de quedarte tranquilo ante una situación complicada.

--La seducción, la crisis de pareja, la infidelidad y las segundas oportunidades que da la vida son los grandes temas de su filmografía.

--Sí, y gracias a hablar de ello en mis películas he conseguido besar a Julia Roberts y a Charlize Theron. Y eso que nunca he sido un héroe al estilo Robert Redford.

--En Melinda y Melinda vuelve a alejarse de su faceta como actor. Su papel ahora recae en Will Ferrell. ¿Ha encontrado por fin a su alter ego idóneo?

--Los actores siempre creen que a mí me gustaría que fueran como yo. Consideran que deben actuar como yo lo haría, quieren hablar de manera rápida e irónica. No lo entienden. Ferrell es el actor que más se ha distanciado de esa manera mía de actuar. El no vive en la ciudad, ni tiene apariencia de intelectual. Proviene de una ambiente rural. Además es grande y muy alto. Y tiene una forma divertida de actuar, que todavía lo aleja más de lo que yo haría.

--¿A qué se refiere cuando asegura que los productores norteamericanos quitan libertad?

--Soy muy afortunado. Siempre he tenido el 100% del control. No obstante, los productores luchan por quitar la libertad. En EEUU, el negocio de las películas se reduce a invertir 100 millones de dólares con el único objetivo de obtener 500 o más. Por ello, los productores quieren tener acceso al guión, para modificarlo a su antojo.

--¿Qué le dice usted a un productor cuando le quiere contratar?

--Que debe entender mis reglas. Nunca haría una película si tuviera que hacer concesiones en el guión. El productor me da el dinero. Y la siguiente conversación que tiene conmigo es una vez he rodado la película. Ese fue el caso de Londres. Si en Alemania o en España se me ofrecen las mismas condiciones, pues estaré encantado de ir a trabajar.

--¿Por qué le apetece ahora rodar en Europa?

--Responde a una fantasía de mi niñez. Soñaba con el extranjero.

--¿Qué opinión tiene del cine norteamericano actual? ¿Cómo cree que evolucionará en el futuro?

--Su época dorada se remonta a los años 20 y 30. Después de segunda guerra mundial, el cine de calidad se producía en Europa. Entonces Hollywood reaccionó, se dio cuenta de las enormes posibilidades que tenía. Gracias a ello, la industria creció, mejoró y durante una época reinó la calidad. Hasta el día en que a alguien se le ocurrió la brillante idea de conseguir 300 millones de dólares para un rodaje y el cine se convirtió en lo que los estudios querían: en una forma de ganar dinero.

--Surgen películas de interés de las productoras independientes.

--Abundan las malas. El horizonte no es esperanzador. Quizás se cierre el círculo y volvamos al principio y logremos un cine mejor.

--Cuando recibió el Premio Donosti confesó tener una visión muy pesimista del mundo al decir que el vaso ya no está medio vacío, está totalmente vacío, que la vida no es que sea trágica, es extremadamente trágica.

--Soy pesimista. El mundo va fatal. Sólo hace falta ver a Bush. No queda mucho, la verdad. La vida consiste en encontrar caminos. Como he explicado en alguna de mis películas, todos conocemos la misma verdad. Depende de la manera que elijamos distorsionar lo que ha sucedido, de cómo lo miremos y de cómo vivimos. Unos buscaremos unas distracciones y otros buscarán otras cosas, como la religión, ese negocio tan lucrativo. Por esa misma razón la gente se pasa tantas horas sentada frente a la televisión.

--Asegura que el amor duradero es cuestión de suerte, que en ese sentido estamos en manos del azar.

--Está fuera de nuestro control. Estoy convencido. Sólo una de las parejas que he presentado en mi vida todavía viven juntos.

--Durante años nunca quiso asistir a un festival, ni a una entrega de premios, ni siquiera a los Oscar. ¿Por qué aceptó venir el año pasado a Oviedo, después al homenaje que le rindió Barcelona y este año a San Sebastián?

--El público español es fiel a mis películas. Se muestra muy cálido y educado conmigo. Aquí, mi cine tiene una respuesta increíble. De alguna manera me sentía obligado. Venir es un gesto, una manera de agradecer todos estos años de apoyo.

--¿Qué representa para usted un premio?

--Algo por lo que no debo dejarme engañar. No puedo recogerlo diciendo: ´Qué bueno soy´ y ´qué bien que lo hago´. Tras una película de éxito viene otra que no se sabe cómo será recibida. Mis películas, al menos en España, gustan. Por ello, me encantaría rodar un día en este país, pero por ahora no hay nada cerrado.

jueves, 1 de mayo de 2008

Vicky Cristina Barcelona: el amor es duro según Woody Allen

CANNES, Francia.- Su nueva película "Vicky Cristina Barcelona" trata sobre mujeres, hombres y múltiples amantes, pero con respecto a las relaciones amorosas de la vida real, el director Woody Allen, de 75 años, dice que más de una pareja sexual es demasiado en estos días.

"Ya es suficientemente difícil conseguir una persona," dijo a periodistas en una conferencia de prensa en el festival de cine de Cannes el sábado. "Al tratar de encontrar soluciones en la vida, dos personas tienden a hacer las cosas más difícil que una," afirmó el estadounidense.

"En el cine, se puede hacer porque estoy tratando con personajes extremos (...) pero en la vida real, la mayoría de nosotros no podría manejar una cosa así," agregó.

"Vicky Cristina Barcelona," que muestra varias relaciones amorosas, incluido un trío, debutó con una cálida recepción en Cannes como una de las pocas comedias livianas del festival. Muchas películas, como el drama de prisión "Hunger" y la película de guerra libanesa "Waltz with Bashir" se sumergen en oscuras condiciones humanas.

El diario de espectáculos Daily Variety llamó a "Vicky Cristina" "un divertimento sexy que se disfruta como una tarde soleada en la ciudad española del título," y agregó que la película es "por varios grados, más apasionada que el cine normal (de Allen)."

Allen dijo que definitivamente quiso hacer una película divertida, pero también la considera como una historia algo trágica sobre personas que no se pueden enamorar, otras que se enamoran demasiado y otras que se casan por los motivos equivocados.

JOVENES Y ENAMORADOS

La película trata sobre dos turistas estadounidenses que viajan a la cosmopolita Barcelona para pasar un verano. Una, Vicky (Rebecca Hall), quiere pasarlo estudiando una parte de la cultura española antes de casarse y la otra, Cristina (Scarlett Johansson), está en una búsqueda constante desu realización.

Ambas encuentran el amor, pero este llega con complicaciones. En el caso de Cristina, su romance con el pintor Juan Antonio (Javier Bardem) genera problemas con su ex esposa, María Elena (Penelope Cruz), quien también es pintora.

Aunque las dos -- Maria Elena y Cristina -- inicialmente son rivales, entablan una relación poco convencional entre ellas y Juan Antonio. Al mismo tiempo, un viaje a Barcelona del novio de Vicky la hace dudar sobre su casamiento.

"Quiero que la gente vea el romance, y quería algunas risas," explicó Allen. "Quería ver a dos mujeres jóvenes que van a Barcelona (...) y las cosas gradualmente comienzan a desintegrarse."

Cruz dijo que María Elena era un personaje que podía entender, pero la actriz española admitió que cuando se trata del amor, "probablemente tomaría otro tipo de decisiones en general."

Desde la filmación de "Vicky Cristina" el año pasado, a Cruz se la ligó amorosamente con Bardem, aunque ellos no confirmaron públicamente su relación. Y nuevamente el sábado Cruz logró escapar al tema.

Cuando una pregunta implicó que él era su "novio," ella sólo sonrió y Allen intervino para decir que Bardem no asistió al festival por "un problema familiar."
Fuente: Reuters

Dick Cavett entrevista a Woody Allen en TV, 1971

Primera parte:


Segunda parte:


Tercera parte:


Cuarta parte:


Quinta parte:


Sexta parte:

Entrevista a Woody Allen: Scoop

Scoop es el Woody Allen de este año. Viendo el trailer a uno le vienen a la cabeza de inmediato Misterioso Asesinato en Manhatan por lo de alocada comedia de suspense con pareje protagonista, y La maldición del escorpión de jade, por el arranque con un mago como motor de la acción. Woody lo tiene dificil tras el gran éxito de Match Point, y parece que para su siguiente reto no ha optado por mantener el tono más pausado de su anterior produción, volviéndose a la comedia americana más clásica con unos tipos a lo Cary Grant y Katherine Hepburn. Sin embargo existen elementos comunes con Match Point: Londres, el misterio y Scarlett, que creemos hará una auténtica pareja “de cine” con Hugh Jackman.

Os traemos una entrevista con Woody Allen para ir abriendo boca. Espero que os guste.

woody allenP: Usted ha comentado en otras entrevistas que a menudo suele tener entre manos varios proyectos cinematográficos a la vez. ¿Por qué decidió de entre todos escoger Scoop?

WA: Verá, mi última película, Match Point, la hice con Scarlett Johansson, y habíamos hablado de hacer otra película juntos. Scoop era una idea que se adaptaba bien a los dos y por eso opté por ella.

P: ¿Cuál fue el punto de partida creativo de la historia a la hora de escribir el guión, la trama de misterio, la historia de amor o la idea para el personaje de Scarlett; la tenacidad de la joven periodista?

WA: No, la idea original era cómo el empeño y la tenacidad de un periodista le llevan a conseguir una exclusiva desde el Más Allá (una historia jugosa de la que se entera después de muerto) y cómo nada ni nadie puede impedirle conseguirla. Era un homenaje al buen periodismo de investigación.

P: No como el periodismo que se hace en Fleet Street* en los últimos años.

*N.T. Calle londinense en la que solían tener su sede muchos periódicos británicos
WA: Digamos que no como el periodismo de peor calidad.

P: Y de ahí, la idea evolucionó para abarcar el personaje de la joven estudiante de periodismo interpretada por Scarlett…

WA: Sí. En un principio, pensé en una reportera porque la idea se me ocurrió antes de conocer a Scarlett. Pero cuando estaba escribiendo el guión y ya sabía que Scarlett iba a interpretar al personaje, me pareció natural que fuera una universitaria de la facultad de periodismo en sus vacaciones de verano.

P: Scoop es la segunda película que rueda en Londres y hay una tercera en camino. Al contrario de lo que sucede con el personaje que interpreta en Scoop, ¿usted sí se ha enamorado de esta ciudad?

WA: Es un lugar estupendo para filmar. A mí me gusta mucho rodar en Nueva York pero Londres se acomoda a mis gustos. El tiempo es muy bueno y las condiciones para rodar (las condiciones económicas, artísticas etc) son buenas. En fin, que es un placer rodar aquí.

P: ¿Tiene ahora algún exterior favorito en Londres, algún equivalente, digamos, a los Estudios Kaufman Astoria o Greenwich Village?

WA: Verá, como no conozco la ciudad tan bien todavía disfruto mucho con todo lo que veo en la ciudad. Me gusta deambular por las calles de Londres, me parece que tienen un encanto especial. Además es muy fácil encontrar buenos exteriores cuando se combina la belleza de la ciudad con la belleza del tiempo que hay aquí todos los días; estos maravillosos cielos sombríos, grises, de luz tenue. Son muy seductores en pantalla.

P: Parece que en Scoop todavía sigue explorando algunas partes de Londres que ya salían en Match Point.

WA: Exacto. Como no conozco la ciudad tan bien, pues tiendo a acercarme a los sitios que me son familiares o que el director artístico me presenta y son pintorescos. Como urbanita que soy, es normal que me quede maravillado (creo que todo el mundo lo estaría) con la enorme cantidad de parques y plazas que hay en Londres, y sus preciosas casas blancas y sus hermosísima campiña. La campiña inglesa es famosa por sus casas de campo y sus fincas y me gusta rodar en esos lugares.
scoop
P: En Scoop ha vuelto a formar equipo con Remi Adefarasin, el director de fotografía de Match Point.

WA: No conocía a Remi de nada antes de hacer Match Point , pero le precedía su fama; me dijeron que me encantaría trabajar con él, y es fantástico. Tuve una entrevista con él y me pareció un tío muy afable y me encantó trabajar con él, así que, le pedí que volviera a trabajar en mi siguiente película. Me alegró muchísimo saber que estaba disponible para mi segunda película en Londres. Es un camarógrafo con mucho talento.

Para la tercera que haré en Londres, este verano, no está disponible. Está realizando otra película para la que ya se había comprometido anteriormente (la secuela de Elizabeth, The Golden Age). Así que trabajaré con Vilmos Zsigmond, con quien ya rodé antes Melinda y Melinda.

P: Al escribir e interpretar el personaje de Sid Waterman, alias Splendini, ha vuelto a escribir e interpretar escenas relacionadas con la magia y los magos. ¿Por qué tanto interés? ¿Es algo que le viene de la infancia o no?

WA: Sí. Siempre ha sido una pequeña afición mía. La tenía cuando era pequeño y ahora que soy mayor me sigue interesando. Todos esos cajones japoneses de barniz rojo de mala calidad, los pañuelos de seda, las espadas, las cartas y los aros de plata y toda la parafernalia que le da ese aspecto exótico es algo que siempre me ha fascinado y divertido.

P: Y también la vestimenta del mago ¿no?

WA: La vestimenta del mago, sí. (ríe) En mi caso, bueno, siempre me tomo una pequeña licencia ahí.

P: Siguiendo con el personaje que interpreta en Scoop, ¿podría comentar un poquito su evolución dentro de la historia? Me recuerda a uno de esos personajes de sus películas que se ven arrastrados de pronto por un aluvión de acontecimientos que les llevan, digamos, a descubrir una tierra ignota en sus vidas.

WA: En las películas de suspense o en este caso, en una comedia de suspense, siempre hay un truco estándar que consiste en que un personaje inocente, por una razón u otra, se vea envuelto en una historia que ni le va ni le viene y en la que no quiere inmiscuirse para nada. Pero siempre existe una razón para que acaben involucrándose. En Scoop, Sondra convence a Sid porque es una estudiante simpática, carismática y muy atractiva. Empieza a implicarse en la historia y acaba metiéndose hasta las orejas.

P: En las últimas escenas, parece que se ve obligado a seguir por la chica.

WA: Sí, ella le gusta; no como novia sino como persona. Pero su sentido común le dice que no se implique, ya que lo único que puede sacar son problemas. Pero es paisana suya y del mismo barrio, alguien con quien puede identificarse y sentir empatía. Y cada vez se mete más y más. El entusiasmo de la chica no tiene límites porque es incansable y porque empieza a enamorarse del sujeto de su investigación.

P: Últimamente, en sus películas, hemos visto protagonistas jóvenes. En Scoop, vuelve a estar presente el elemento joven y sobrenatural. El personaje de Ian McShane tiene un sentimiento paternal y de protección hacia el personaje de Scarlett…

WA: Mmm.

P: ¿Es esto una evolución consciente en la narración de sus películas?

WA: Bueno, no, lo que sucede es que durante años yo he protagonizado e interpretado el papel principal en mis películas. Y ahora, al hacerme mayor, ese papel principal –y desde luego los papeles románticos –tienen que dejarse para la gente joven. Y en eso me baso para escoger el elenco de actores.

P: En cuanto a las estrellas masculinas, ¿ha sido Cary Grant tal vez una inspiración para el personaje de Hugh Jackman y su caracterización? ¿Tal vez Sospecha, en concreto?

WA: No, creo que Hugh es así; es un tío atildado, encantador, simpático que sabe bailar y moverse con gracia, es apuesto y sabe cantar, así que las comparaciones van a ser inevitables. Siempre van a existir; igual que hubo una época en que también se comparaba a Hugh Grant con Cary Grant, porque también es un tipo muy desenvuelto y encantador, como Hugh Jackman, y las comparaciones van a ser inevitables.

P: ¿Le había visto en el musical The Boy from Oz ?

WA: Oh no, no, no lo había visto. No conocía a Hugh Jackman ni había visto ninguna de sus películas y ni siquiera sabía cómo era físicamente antes de conocerlo en persona. Es una de esas personas con las que nunca he coincidido por una razón u otra. Solo había oído decir cosas muy buenas de él y lo buen actor que era.

Le llamamos y le preguntamos si estaría interesado en hacer algo y dijo “claro”. Se acercó a verme y cuando entró me pareció que no solo tenía muy buena planta –es muy atractivo –también es encantador y es muy elegante. Le ofrecí el papel inmediatamente. Tuve mucha suerte de que estuviera libre y que lo quisiera aceptar.

P: En lo que se refiere al palmarés de los actores, ¿qué le pareció trabajar con Ian McShane? Ya hacía películas en Londres allá por los locos años sesenta, cuando usted hizo un par de filmes. ¿Le conocía de entonces?

WA: No, no. Tampoco sabía nada de Ian McShane. Nunca había visto su serie de televisión (Deadwood) ni nada. Juliet Taylor, que elige el reparto conmigo, me dijo “Conozco a la persona perfecta para este papel: Ian McShane.” Y yo dije, “Dile que venga” Vino y fue una de esas situaciones en las que Juliet me mete siempre, en las que resulta que me manda a un actor o a una actriz del cual no sé nada de nada y en cuanto Ian entró por la puerta pensé sin dudarlo un instante “es perfecto” Y no busqué más.

P: Como ya hemos comentado, usted conocía a Scarlett Johansson bien porque acaba de hacer su anterior película con ella. En Match Point nos mostró un lado dramático de la actriz que no habíamos visto nunca. Y ahora en Scoop su lado cómico. ¿Qué tal se la dirige? Y en Scoop, ¿cómo es actuar junto a ella?

WA: Es una delicia. Es como si te tocara la lotería o algo parecido. Simplemente lo tiene todo. La vida ha sido generosa con ella: Es hermosa, sexy, muy lista, divertida, maja, ocurrente y buena compañera de trabajo. Tiene amplitud; garra dramática y humor, cuando se requiere que sea divertida.

Ciertas personas con las que he trabajado a lo largo de los años y Diane Keaton ha sido una de ellas, parece que han sido tocados con una varita mágica y todo lo que hacen es artístico. Y a Scarlett le pasa lo mismo. Ilumina el estudio cuando entra; el equipo de rodaje la adora. Está llena de energía y le infunde a todo el equipo ese sentimiento positivo.

Es un lujo trabajar con ella y no lo digo solo porque sea su co protagonista. Todo el mundo de la compañía estaba deseando trabajar con ella en la segunda película después de la experiencia de la primera.

P: En las escenas que tiene con usted en Scoop, ¿logró estar a su altura?

WA: Oh, no le llegaba ni a la suela del zapato. (ríe) Mire, es una de esas personas que siempre, ya sea entre bastidores o no, me superan. Por muy buena que sea la frase que se me haya ocurrido, cuando nos ponemos a competir, y nos picamos y eso, siempre acaba diciendo algo mejor. Por supuesto, eso para mí merece un gran respeto porque me considero una persona ocurrente e ingeniosa y cuando alguien me puede consistentemente me parece asombroso. Y lo digo de verdad, pregunte a cualquiera del rodaje.

P: Usted conoce bien la cantera de actores de Nueva York y su evolución. Pero en el Reino Unido, hay una enorme cantidad de talento y en Scoop hay gente en pequeños papeles como John Standing, Julian Glover, Fenella Woolgar…

WA: Sí. Inglaterra tiene una tradición teatral fabulosa de verdad. Los actores son maravillosos. Una cosa muy curiosa es que la gente con más talento, los mejores actores, no tienen reparos en aceptar pequeños papeles. El asunto del ego no les afecta ni la talla de los papeles. Y es posible ver a un gran actor shakesperiano en televisión haciendo un anuncio. Allí no es una vergüenza hacer eso. Así que tengo gente fantástica que tal vez si estuvieran en este país no se dignarían a aceptar un pequeño papel o un papel de un o dos días. Allí, lo hacen con gran placer y entusiasmo, y les encanta.
Todo el mundo está dispuesto a arrimar el hombro, de manera que, al final, tienes a grandes actores en todo el espectro de la película. A mí me beneficia eso.

P: En cuanto al género de comedia de suspense, ¿le ha servido de inspiración algún trabajo mientras escribía el guión o mientras estuvo en Londres? Scoop es una historia más desenfadada que Match Point, pero sigue habiendo maldad y misterio…

WA: Bueno, tuve en mente esos relatos de asesinato y misterio que tanto me gustaban de pequeño, ya fueran cómicos o, en la mayoría de los casos, serios. Una de mis películas favoritas es Misterioso Asesinato en Manhattan…

P: Sí.

WA: …y me gusta esa clase de cine. Cuando era niño me gustaba La Cena de los Acusados y sus secuelas y, sin duda, las películas de asesinatos y misterio de Bob Hope que veía cuando todavía era aún más joven y, por supuesto, las películas de suspense de Hitchcock y muchísimas otras, muy buenas, que se han hecho en el pasado.

El problema es que cuando se hace una película cómica de suspense no es posible lograr un efecto tan dramático como cuando se hace seriamente. Pero no se puede hacer nada con eso. Scoop era una película cómica y quería que fuera desenfadada (hasta facilona) en algunos puntos. Es un tipo de película que a mí me gusta ver y hacer. Luego, que al público le guste, eso ya…

P: Antes he mencionado Sospecha, en parte por lo del vaso de leche que Sondra le trae a Peter en una escena y, luego, un poco más tarde, también se me pasa por la cabeza, Diabólicas.

WA: Tiene razón. Es verdad que siempre te pueden recordar (aunque no quiero hacer comparaciones porque me parece un poco pretencioso…) pero, es cierto que estas películas siempre recuerdan a Hitchcock, porque hizo tantas películas de suspense y empleó tantos trucos que es imposible hacer algo de suspense sin que de alguna manera recuerde a Hitchcock. No me refiero a su gran calidad sino a cosas estructurales. Pero la mía tiene ese toque ligero, ese énfasis en lo desenfadado.

P: Como sucede con Misterioso Asesinato en Manhattan, en Scoop también hay dos personas que deambulan por la ciudad tratando de encontrarle sentido a algo.

WA: Sí y muchas escenas con diálogos muy rápidos. En Scoop, quería hacer lo mismo. Verá, yo no tengo una gran amplitud como actor, al contrario de Scarlett, mis recursos son limitados. Puedo interpretar a un intelectual (a un profesor de universidad o a un siquiatra) o puedo interpretar a un delincuente (a un corredor de apuestas cutre) En Scoop, soy un mago barato de vodevil.

P: Ha dicho que espera que al público le guste la película, pero al ritmo tan vertiginoso con el que las produce ¿no le preocupa la respuesta del público a sus películas?

WA: Bueno, no puedes perder el sueño por cosas así. Porque, entonces, lo que sucede es que te paralizas y lo que intentas hacer es anticipar sus gustos; y das un paso y te entra el pánico y estás todo el tiempo: “No, esto no”. Así que, lo mejor es hacer lo que uno quiere hacer y luego esperar que guste.

Esa ha sido siempre mi forma de trabajar. Siempre he hecho lo que he querido, ya fuera un musical o una película en blanco y negro o un drama a lo Bergman. Si algo me resulta interesante en un momento determinado, lo hago. Y espero que al público le guste. Si no es así, no se puede hacer nada. Paso a la siguiente. Que gusta, pues siempre es halagüeño.

Lo que sí que no quiero hacer es…te tiene que gustar la película, pero si haces algo y al final no te gusta a ti…escribo el guión y luego la dirijo y si no me gusta cuando la he terminado, aunque al público le guste, pienso “bueno, les he dado gato por liebre” o “no se enteran” o “menuda porquería he hecho” No es una sensación buena.

Pero si haces una película que te gusta y de la que piensas: “es realmente un buen trabajo; le he sacado todo el jugo al guión y lo he llevado a la pantalla estupendamente”, si gusta, genial. Y si no gusta, pues, a pesar de todo, te quedas con buen sabor de boca. Piensas: “Vaya, mala suerte, no les ha gustado. Pero he dado todo de mí y es una pena que no les guste” Ese sentimiento es mucho mejor que el de que guste y tú no te quedes contento.

Vía http://www.cinemaspop.net/